Ahora estamos en las precampañas, y el señor Cordero, siguiendo lo que al parecer es la única forma de hacer campaña que conoce su jefe y mentor Calderón, empieza, desde ahorita con una guerra sucia igual que patética que la que ya vimos, sólo que, en esta ocasión, el enemigo a vencer es otro, uno mucho más taimado y de políticas más cercanas a las del mismo PAN: el PRI.
Que aquellos de la sociedad civil que estamos en contra de Peña Nieto, hayamos aprovechado sus múltiples errores para desenmascarar a un político con pocas cultura, menos ideas y prácticamente ninguna capacidad de reacción, ha sido extraordinario, ha sido un golpe fuerte a su campaña, simplemente ha sido una forma simple de mostrar lo evidente.
Sin embargo, ver a Cordero llevarle un pastel para que recuerde el mal desempeño del PRI y conmemorar la crisis del 94, me resulta francamente patético y triste ¿qué pretende?, ¿cree que así olvidaremos lo de los 6,000 pesos? (bueno, tal vez muchos ya ni se acuerden, desafortunadamente somos una nación sin memoria).
La verdad no quiero vivir lo mismo de hace 6 años, las guerras sucias, estúpidas y sin sentido como lo que hace Cordero, no sirven de nada, que nos dejen a nosotros la guerra sucia, no haremos tonterías como la del pastel, simplemente aprovecharemos lo que nos den.
Políticos, por favor, aprovechen su campaña para convencernos de que son la mejor opción, no para convencernos de que son la menos peor, les prometo que eso no sirve de nada; propongan, debatan, háganse notar por lo bueno y no por lo malo suyo y de los demás, no perviertan nuestra ya de por sí pervertida democracia, les prometo que si alguno da material yo misma lo aprovecharé.