felicidad

Sé que les debo la entrada de Angkor y la de Bangkok y no crean que lo olvido, es sólo que mi vida ha estado llena de eventos en estas ultimas fechas, y para muestra, basta este pequeño post, porque así es querido y amable lector, no estás tu para saberlo y mucho menos yo para contarlo, pero en aproximadamente un año, dejaré de ser la hija de familia que he sido hasta hoy, para fundar mi propia familia de 2 personas con S. estoy sumamente feliz y emocionada de dar este paso con la asombrosa tranquilidad que otorga el saber que se está con la persona correcta.

S. gracias por el amor y la paciencia a lo largo de estos 7 años, por el aprendizaje y por encima de todo, por quererme y respetarme como soy y estar dispuesto a aventarte la vida por venir conmigo y por supuesto gracias a toda la comunidad que ha hecho gala de su nombre y nos ha cobijado y ayudado a crecer como pareja y como personas.

Después de este lapso cursi del mal (sí, ese es mi estado actual y qué) prometo volver a las andadas blogeadoras a la brevedad posible.

RAIN

Ayer tuve la oportunidad de ir a ver el Cirque Eloize, con el espectáculo Rain, y la verdad salí gratamente sorprendida.

Son tan sólo 11 artistas en el escenario, que hacen de todo, todos los número son hechos por los mismos artistas, lo cual habla de una fuerza y una versatilidad asombrosa.

El espectáculo tiene mucha menos producción que el Cirque du Soleil, aquí no hay grandes disfraces ni asombrosos escenarios, ni trapecios impresionantes, trampolines ocultos ni tecnología, aquí lo que hay son artistas completísimos con una resistencia física apabullante, y un espectáculo tan artístico y sutil que no necesita nada más.

Lo único terrible es la poca cantidad de público, quizá sea cierto que es un espectáculo no tan accesible a cualquiera porque no hay nada espectacular, es simplemente un espectáculo hermoso, lleno de belleza y estética.

Lo único que yo puedo decir es que hubo un momento en el que lloré ante tanta belleza y que merece tener mucho más público, un público dispuesto a pasmarse por la belleza y reírse ante la constante comicidad del espectáculo, un espectáculo en el que no se busca la perfección sino la humanidad.