24.1.09

la fruta que no quería ser fruta

Dedicado a los de allá de aca, que de un modo u otro han tenido que ver con la escritura de dos textos.
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Aguacatito

Había una vez un aguacate que nació en un árbol y era un fruto, sin embargo, su familia de aguacates, aunque también eran frutos, habían generado cierta conciencia de que no eran ni frutas ni verduras, sino un vegetal como cualquier otro.


Nuestro pobre aguacatito creció un poco confundida en cuanto a su estado de fruta, lo cual se complicó mucho más cuando el pobre fue a dar a una escuela exclusiva para frutas, ahí todas las frutas se sentían orgullosas de su condición de frutas, con frecuencia les gustaba recordar lo bueno que era tener semilla y vivir por encima de la tierra, ver las cosas desde arriba.

La verdad es que no se cuestionaban la existencia de las verduras u otros vegetales, la verdad es que sabían que existían, pero ellas se sentían felices en su lugar, teniendo todo lo que tenían y sin preguntarse nada más.

Pero el aguacate siempre había dudado de si era una fruta o una verdura, aunque le gustaba venir de un árbol y trataba de aprender de su estancia en ese lugar donde todo se veía desde arriba, cada vez se daba más cuenta de que esa visión del mundo no era suficiente, que había muchas cosas por ver en la tierra, que las verduras, las legumbres y los tubérculos eran ricos y variados.

Así que el aguacate comenzó a buscar formas de acercarse a la tierra, pero conforme más lo hacía, más incómodo se sentía rodeado de frutas, más se daba cuenta de que no pertenecía a ese mundo de manzanas, peras, ciruelas, moras o granadas.

A pensar de todos sus intentos, se dio cuenta de que nunca podría ser una verdura por más que lo intentara, era fruta y había visto el mundo desde otra perspectiva, pero en el camino había conocido a diversos vegetales que se identificaban con él, como algunos limones y naranjas, e incluso con algunas jícamas, que siendo vegetal sabía del mundo de las frutas, porque había compartido muchos momentos con ellas.

Finalmente el aguacate se dio cuenta de que era feliz siendo una fruta a la cual le gustaba combinar de una manera maravillosa con todos los vegetales, en ocasiones se tropezaba con que las verduras y los tubérculos no estaban dispuestos a aceptarlo tranquilamente, ya que les generaba conflicto el hecho de que una fruta estuviera en su entorno.

El aguacate nunca ha tenido muy claro porque los vegetales en ocasiones se complican la existencia cuando alguna fruta decide convivir con ellos, aprender y compartir su sabor, sin embargo se siente igualmente feliz departiendo con otras frutas (a las cuales ha aprendido a valorar, cuando estas se interesan por ver el mundo), así como con verduras o tubérculos.

Sin embargo, tiene que aceptar que con frecuencia se siente particularmente cómoda con otros vegetales liminales justo como él, que no son frutas, no son verduras, no son tubérculos, o son claramente una de ellas, pero saben embonar perfectamente con todos.

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