Es una cosa muy espantosa, pero he de confesar, me caga que me humillen y por ende me enferma cagarla, porque evidentemente cagarla es ponerte de pechito para que te humillen y eso me enferma aún más.
Me choca cometer errores que además ni siquiera son tales, son simples efectos de la suceptibilidad ajena en una posición de mayor poder que la tuya.
En fin, estoy enojada, estoy enojada conmigo, estoy enojada con el guey que se encargó de arruinarme el día, de por sí era lunes, de por sí había empezado intenso y luego me lo fastidiaron.
MIERDA, ODIO EL LUNES.
Y pensar que yo quería hablar sobre la conciencia de aprovechar estos días para seguir demandando justicia en casos como el de Teresa y Alberta... y eso era verdaderamente importante, y ahora estoy tan enojada que ya lo urgente se comió lo que de verdad importa.
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