6.12.11

fil 2011

Regresé de la Fil 2011 con la misma felicidad con la que regreso todos los años, eso sí, con menos libros.

A los pocos días me enteré de la vergüenza de Peña Nieto, muchos de sus defensores han salido a decir que si los mexicanos no leemos, ¿con qué cara les podemos pedir otra cosa? En primera, yo sí leo más de mis tres libros al año, espero que eso me de la oportunidad de juzgar un poco esta situación.

Por supuesto yo también olvido los nombres de los libros y a veces me hago bolas ( de hecho para lidiar con mi mala memoria, ahora tengo un diario de lectora donde hago un pequeño resumen de cada libro que termino), pero los libros que han marcado mi vida tienen un lugar especial y ni los olvido, ni los confundo.

Lo más triste en esta situación es que iba a presentar un libro, en ese sentido, resulta triste y patético que un tipo que ha dicho claramente que no lee, tenga el cinismo de sacar un libro firmado con su nombre; aunado a eso, estaba en una presentación en una Feria del Libro, francamente no sé que es lo que esperaba que le preguntaran, porque esa era una pregunta obvia y es terrible pensar que no la había preparado; en tercer lugar es triste su incapacidad para la honestidad o la inhabilidad para responder de forma espontánea, creo que si en ese momento el hubiera dicho "no sé, no podría decirte", o "la verdad es que ningún libro me ha marcado de forma especial", o incluso de forma más trillada "sólo puedo mencionar la Biblia, pues es el único libro que realmente me ha marcado de forma muy especial, los demás han pasado de forma más intrascendente", creo que de haber respondido algo así, el escarnio se hubiera dado pero de forma mucho menos descarnada. La cereza en el pastel está dada por su salida en onda berrinche. ¿alguien con esta incapacidad mental me va a gobernar? Chale.

Además, como leía hoy en la columna de Carlos Puig, la FIL fue mucho más que eso y nos la empañó, GRACIAS, ya nadie hablo de las presentaciones, de la gente que estuvo ahí, de los libros que eran lo más importante (y sí, ni yo me salvé de eso, ni que decir).

En fin, mi gran felicidad fue traerle a S un libro de Gordon Ramsay que está verdaderamente hermoso (cuando hagamos una receta de ahí se las platico) y los libros que le traje a mi papá: la segunda parte de 1Q84, la segunda parte de "el nombre del viento" (que se llama "el silencio de un hombre sabio"), el Alamo de Taibo II (al cual de nuevo vi, y de nuevo no me atreví a saludar), Ánima de Antonio Ortuño, Persona Normal de Benito Taibo, Tokio Blues también de Murakami, y el primer libro de Juego de Tronos de George R.R. Martin (que siempre agradezco que tenga la doble R.R. que aunque me recuerda a Tolkien, hace que recuerde que no es el productor de los Beatles).

Estuve poco tiempo, menos del que hubiera querido, pero fue mi primera experiencia en solitario y salieron varias opciones para los cuentos, esperemos que algún año de estos vaya no sólo de visita sino a presentar un libro.

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