23.2.10

DETONANTES

Estimado lector, como usted sabrá (o, en su defecto, habrá intuído), una de mis grandes pasiones es escribir, contar historias, probablemente no haya tenido oportunidad de leer muchas de esas historias (por cuestiones de derechos he preferido no subirlas aún), pero, supongo que una parte la habrá intuído a partir de lo aquí contenido.

Pero a donde quiero llegar con todo esto, es a comentarle, estimado lector, que he descubierto que trabajo mucho mejor cuando tengo detonantes creativos, digase una frase abierta, una serie de elementos dispares y sin conexión, o simplemente una idea, de esa manera me obligo a pensar y a generar historias que rebasen mis propios límites.

Sin embargo, me he descubierto absolutamente imposibilitada a generar esos detonantes por mi misma, ya que me hago trampa y me doy un detonante para una historia que ya está en mi cabeza, y termino repitiendome a mí misma, sacando mis demonios habituales y sin aportar nada nuevo.

Es por eso, querido lector que quiero hacerle una propuesta, a la vez que le pido un favor: ¿quisiera usted regalarme un detonante, ayudarme a escribir?, y si así lo desea, con todo gusto le haré llegar el resultado para compartirle un poco de lo que hago.

Por favor, responda, querido lector, necesito de su ayuda para seguir retandome a mi misma.

16.2.10

pensar...pensar...

(Sí, léase con tono de el osito amarillo y gordo que ama la miel y que dice esa frase frente al espejo).
Pues sí, pensaba y pensaba en que tenía que postear algo nuevo, que la paranoia presidencial lleva demasiado a la vista (ya más de tres años), y por causas y recovecos del destino, pensé en la felicidad y pensé que era un buen tema para un post.

Es curioso, con todo lo que me quejo por acá, en realidad me considero una persona feliz, es fácil verme por ahí cantando y brincando y sonriéndole a la gente por el puro gusto de saber que una sonrisa, casi de cualquier persona (porque de que hay sonrisas feas y macabras, las hay y me consta)te puede alegrar el día, dándo las gracias y en general tratando de contagiar la alegria con que vivo por donde voy pasando.

Sin embargo, no pierdo el realismo, mi felicidad es producto del inmenso agradecimiento que tengo con la vida, porque en realidad no tengo mucho de que quejarme personalmente (siempre puedo encontrar cosas para amargarme, pero vistas en perspectiva tienen tan poco sentido) y es ese mismo agradecimiento el que me da la sensación de reciprocidad, la necesidad de saber que tengo que hacer algo por los demás, esa gratitud es la que me hace recordar permanentemente la parabola de los talentos y saber que si tengo muchos (o pocos, todo es cuestión de perspectiva, porque yo creo que todos tenemos muchos y sólo tenemos que aprender a verlos), mi responsabilidad es multiplicarlos y tengo la plena conciencia de que la única manera de lograrlo es a través de los demás.

Pero me llama la atención como algunas personas "felices", me han llamado ser de oscuridad, porque me preocupo, porque me informo, porque a veces tengo un humor negro y porque sé que la vida no es rosa, y la verdad yo sólo puedo entristecerme un poco ante la pobreza de su felicidad que se centra en ellos mismos y no es capaz de ver la riqueza que hay en los demás, pero total si ellos son felices así, pues a mí que, ahí cada quien. (Ja, en realidad esto no iba a ser parte de este post, pero pues ya salió y ni modo).

Por supuesto eso no quiere decir que mi vida no tenga altibajos, usted querido y frecuente lector, me dirá que tengo problemas porque con frecuencia digo que mi vida apesta y demás, pero es curioso a pesar de todo y de que por supuesto, con frecuencia no estoy alegre, puedo decir que soy feliz (la felicidad es un sentimiento profundo que no siempre tiene porque manifestarse abiertamente).

Hoy, además estoy alegre ¿se nota?

El problema es que la felicidad y la alegria son bienes preciados faciles de perder, al menos, momentaneamente.

3.2.10

Paranoia presidencial

Como usted sabrá, querido lector asiduo (y el no asiduo ahorita se entera), la onda electoral siempre ha sido bien importante para mí, las elecciones del 2006 fueron rudas porque me encontré entre dos bandos y por primera vez en mi vida decidí anular mi voto, esto era una desición muy fuerte, ya que toda mi vida había soñado con poder votar, pero mi voto in"util" en las elecciones del 2000, me enseñaron a trancazos los dolores de la política mexicana.

En el 2006 yo no sabía por quien votar, por más que analizaba a los dos contrincantes principales, ninguno me convecía, y es terrible ver que casi 4 años después las cosas no cambiaron y sigo pensando que anular mi voto (cosa que repetí y promoví en el 2009) fue mi mejor opción.

Esto en gran medida se debe a que me preocupa la paranoia de Calderón (de AMLO no voy a hablar en este post, sólo diré que entre más lo veo y lo escucho, más me convenzo de que él tampoco era una alternativa), me preocupa su "guerra contra el narco", me preocupa que "el recrudecimiento de los hechos violentos es una señal innequivoca de que le están pegando al narco", y me angustia, no porque tenga o no razón (ni soy analista, ni experta en seguridad nacional, ni pretendo serlo), si no, porque eso está empezando a generar desesperanza y desesperación en la sociedad civil.

La sociedad civil (sí, esa de la que todos los que no tenemos poder, formamos parte extrañamente), está deseando armarse, pero esas armas que quiere usar no las quiere para derrocar al gobierno o algo similar, las quiere unicamente para sobrevivir, para defenderse, para tener una oportunidad de seguir con vida, y si esto llega a ocurrir la violencia será cada vez peor, porque pasara de focos, a una violencia generalizada que nadie será capaz de contener, una violencia anarquica, egoista y sin deseos de que las cosas cambien, en pocas palabras una violencia de la ley de la selva.

Y el mayor problema de esto es la impunidad, la certeza de que aqui se mata, se violenta, se secuestra, y no pasa nada, el poder y las instituciones no han sabido demostrar su capacidad en la repartición de legalidad (no hablo de justicia porque eso implica meterme en terrenos ontologicos que no me considero capacitada para discutir).

Yo no sé, no alcanzo a comprender que es lo que pretenden las autoproclamadas "autoridades", pero espero (porque la esperanza es lo último que muere, aunque a veces no sea lo suficiente para vivir), que se den cuenta de lo que está pasando, que en medio de su paranoia sean capaces de ver las cosas desde otra perspectiva y tomen cartas y honestidad en el asunto. HE DICHO.