13.9.10

hay días

Dice Silvio por ahí:
[...]
Tocó el diamante
y lo volvió al carbón,
y al atorrante
lo sembró en la administración
[...]
Qué delirio en interrogación,
qué suicidio en investigación.
Brillante exposición de modas
la desilusión.

Hoy yo canto a Silvio y no hago más que citarlo, la vida es muy buena conmigo, y siendo sinceros, sería muy injusto quejarme con la cantidad de cosas que me han sido dadas, sin embargo, hay días en que no puedes evitar sentir ese gran vacío que genera la desilución, saber que hiciste todo lo que estaba en tu mano por que las cosas funcionaran y que de un modo u otro terminan fallando sin que nada haya dependido de tí.

Y es en estos momentos en los que recuerdo aquella canción que era mi filosofia de vida durante la universidad y que de un modo extraño olvidé; aquella canción de Azul Violeta, que decía: Y no espero nada de la vida, para no frustrarme, y acepto lo que Dios me da, agradezco su bondad.

Yo solía no esperar nada y he de confesar que eso me mantenía en un entorno bastante seguro, pero poco a poco me he ido llenando de nuevo de sueños y esperanzas, por supuesto, algunas de ellas están muy bien fundadas y me rehuso terminantemente a abandonarlas, esas son las que se refieren a mi vida personal, sin la cual, seguramente ya estaría en una brutal depresión.

Pero la fuente de mis desiluciones es demoledoramente clara, prístina y evidente: una vida profesional terriblemente frustrante, y se que la forma de salir de los círculos viciosos es redimirlos, salir de ellos, romperlos, buscar alternativas y las he buscado y he aqui el problema: He creído que las he encontrado para que después se desvanezcan como un sueño que nunca pudo ser real.

Estoy cansada, de estar desilucionada. ¿Alguien tiene una propuesta para romper inercias, falsas esperanzas y demás problemas? Se aceptan alternativas, propuestas de trabajo, y por cierto, tengo muchos cuentos que buscan una casa.

2 comentarios:

Mongua dijo...

Queridísima:

1. Cortate el cabello (a mí me funciona jeje).
2. Publica tus propios cuentos, uno tiene que proveerse de la diversión y generar la maquinaria para divertirse. Ya tenemos una publicación casi cocida en el horno.

Anónimo dijo...

Haz algo que nunca harías... como ir al centro después de la chamba... o ir a escoger un libro al azar en una biblioteca pública y quedarte a leerlo... entrar a un concurso de pasteles!! El chiste es que rompas el paradigma que es la vida diaria, tatando de no hacerte daño claro y de lo posible sin hacérselo a alguien más.

Saludos!!