Es curioso, pero por la casualidad generada por un sueño, el día de hoy viví una especie de viaje en el tiempo, muy extraña y muy curiosa, pero sobretodo muy rica, porque pude ver a los ojos a la adolescente que algún día fui y a la cual le debo, para bien o para mal, lo que soy hoy.
Todo esto se debe a que saqué a pasear mis libretas, todas las libretas en las que he escrito, escribo y escribiré, y lo primero que me sorprendió fue darme cuenta de que he escrito muchísimo, mucho más de lo que yo creía y he dibujado mucho menos de lo que yo pensaba, eso me hace darme cuenta de que, de una forma extraña y aunque durante mucho tiempo quise negarlo (porque creía que la pintura era mi mejor forma de expresión), las letras son y han sido mi pasión desde hace ya más de 10 años (la primera libreta que conservo data del 97), y sin embargo es impresionante lo dificil que me ha resultado encontrar la forma adecuada (y es mucho decir), de contar mis historias, que esas sí, han sobrado.
Me llamó la atención también, mi terrible desorden, cada una de esas libretas tiene periodos sumamente amplios de tiempo, por no decir que muchas de ellas, siguen abiertas hasta hoy, o sea que no las he terminado, sino que las dejo a la mitad cuando llega una nueva, además en ellas hay constantemente historias sin terminar, ideas sueltas, frases sin dueño, investigaciones, datos, detalles, juegos y ningún tipo de orden, sintonía o concierto.
Me encontré a una C. que no usaba acentos, signos de puntuación ni absolutamente nada que tuviera que ver con la ortografía, una C. que escribía por el puro placer, aunque lo hiciera fatal, porque en realidad no le importaba hacerlo bien, sólo le importaba hacerlo, y creo que esa espontaneidad es algo que quiero recuperar.
Gracias a los sueños que nos hacen vivir estos dobleces en el continuo espacio-tiempo.
Otoño 2
Hace 6 meses.
1 comentario:
Por eso a mí me da miedo abrir los 12 cuadernos (incompletos) que encontré hace como 4 años en una bolsa. También me sorprendió todo lo que había escrito... pero me llamó mucho la atención que en mi caso he dibujado más de lo que sospechaba. Quizá debamos un día sacar esos cuadernos y averiguar qué le pasaba por la cabeza a cada uno cuando teníamos !Caray! 15 años
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