(Sí, léase con tono de el osito amarillo y gordo que ama la miel y que dice esa frase frente al espejo).
Pues sí, pensaba y pensaba en que tenía que postear algo nuevo, que la paranoia presidencial lleva demasiado a la vista (ya más de tres años), y por causas y recovecos del destino, pensé en la felicidad y pensé que era un buen tema para un post.
Es curioso, con todo lo que me quejo por acá, en realidad me considero una persona feliz, es fácil verme por ahí cantando y brincando y sonriéndole a la gente por el puro gusto de saber que una sonrisa, casi de cualquier persona (porque de que hay sonrisas feas y macabras, las hay y me consta)te puede alegrar el día, dándo las gracias y en general tratando de contagiar la alegria con que vivo por donde voy pasando.
Sin embargo, no pierdo el realismo, mi felicidad es producto del inmenso agradecimiento que tengo con la vida, porque en realidad no tengo mucho de que quejarme personalmente (siempre puedo encontrar cosas para amargarme, pero vistas en perspectiva tienen tan poco sentido) y es ese mismo agradecimiento el que me da la sensación de reciprocidad, la necesidad de saber que tengo que hacer algo por los demás, esa gratitud es la que me hace recordar permanentemente la parabola de los talentos y saber que si tengo muchos (o pocos, todo es cuestión de perspectiva, porque yo creo que todos tenemos muchos y sólo tenemos que aprender a verlos), mi responsabilidad es multiplicarlos y tengo la plena conciencia de que la única manera de lograrlo es a través de los demás.
Pero me llama la atención como algunas personas "felices", me han llamado ser de oscuridad, porque me preocupo, porque me informo, porque a veces tengo un humor negro y porque sé que la vida no es rosa, y la verdad yo sólo puedo entristecerme un poco ante la pobreza de su felicidad que se centra en ellos mismos y no es capaz de ver la riqueza que hay en los demás, pero total si ellos son felices así, pues a mí que, ahí cada quien. (Ja, en realidad esto no iba a ser parte de este post, pero pues ya salió y ni modo).
Por supuesto eso no quiere decir que mi vida no tenga altibajos, usted querido y frecuente lector, me dirá que tengo problemas porque con frecuencia digo que mi vida apesta y demás, pero es curioso a pesar de todo y de que por supuesto, con frecuencia no estoy alegre, puedo decir que soy feliz (la felicidad es un sentimiento profundo que no siempre tiene porque manifestarse abiertamente).
Hoy, además estoy alegre ¿se nota?
El problema es que la felicidad y la alegria son bienes preciados faciles de perder, al menos, momentaneamente.
Otoño 2
Hace 7 meses.
3 comentarios:
Nada como un bonito post que alegra mas la noche para este lector.
reflexión profunda : eres como una botarga, por más mierda que sea la vida dentro de ella siempre te ves sonriete.
:)
O.
La diferencia entre un optimista y un pesimista es que el primero sabe que las cosas pueden estar peor de lo que están.
Me da gusto que estés contenta, lo has estado más de lo común a últimas fechas... y se nota.
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