21.2.08

la profunda tristeza

En un momento de este blog hablé sobre la plácida felicidad, sin embargo hoy hablo sobre la profunda tristeza, que creo, podría ser su antítesis.

La profunda tristeza es ese estado que te das cuenta de que existe, cuando un día te levantas por la mañana sintiendo que no tenía sentido levantarte, porque en realidad no tienes un buen motivo para hacerlo.

Que te asomas a la ventana y por más soleado que esté el día, tu lo ves un poco gris y opinas que seguramente hará frío, te pones una blusa calientita y un sueter y dos horas después maldices al mundo por haberte engañado por que en realidad hace mucho calor y ya es demasiado tarde para cambiarte de ropa.

Que te la pasas todo el día con el estúpido ojo remy, queriendo llorar y sabiendo que en realidad tu vida es bastante buena como para sentirte miserable, y sin embargo justo así es como te sientes.

Para colmo te habla alguien y sin la menor intención dice algo que te recuerda tus miserias y tus dolores más profundos y ni siquiera puedes decirle que se largue al infierno, porque sabes que el no tiene la culpa de que tu estés así.

Y que lo único que pides es que acabe el día lo más pronto posible, porque tienes la esperanza de que mañana será un mejor día que hoy, que mañana quizás serás capaz de ver el día tal y como está, de sobreponerte a tus miserias y seguir adelante, porque reconoces que por ese día al menos, al batalla está completamente perdida.

2 comentarios:

Olga Fabila dijo...

La profunda tristeza es un sentimiento igual de valioso que la felicidad estúpida e intensa. Vivela, sufrela y deja que te canse, es el único remedio para que se mude.

A mi me gusta mucho la lacrimosa cuando estoy en ese ánimo, también a veces la acompaño de largas horas viendo como se mueven las nubes.

Besos
Te quiero mucho.
O.

Mongua dijo...

"Eso me recuerda un cuento que te cuento porque es corto..." dijo Aristóteles en algún momento de su vida, aunque si he de ser preciso... dicen que dijo Aristóteles... "Sonríe... mañana será peor". Quizá el supo mucho de tristeza (si se enterara de la tesis que por su culpa estoy haciendo, seguro le cambiaba la cara).

Un abrazo