la sabiduría de la espada en la piedra

Ya he comentado previamente sobre mi fascinación por la Espada en la Piedra, específicamente con la frase de "me largo a las Bermudas"; hoy por alguna extraña razón que no alcanzo a vislumbrar, mi cerebro dio con otro fragmento de sabiduría de esa gran película.

Es una parte en la que Grillo (el futuro rey Arturo), como parte de su entrenamiento se convierte en ardilla, era parte del aprendizaje de la naturaleza y, de un forma muy extraña, el entrenamiento termina siendo mucho mayor de lo que Merlín tenía calculado; termina siendo una gran enseñanza sobre el amor, sobre todo, cuando no es correspondido.

La primera parte se la canta Merlín a grillo, cuando una ardilla comienza a coquetearle, y la última estrofa la canta cuando el mismo Merlín comienza a ser perseguido por una ardilla matrona, que sin duda, le hecha el ojo; y dice más o menos así: 

Es una situación de confusión
o de confabulación
y que a todo mundo, a todo ser
le tendrá que acontecer.
Mejor no te resistas
y déjate querer
lo tiene decidido,
su amor tú
tienes que ser.

Juego rudo el del amor,
no hay reglas, todo se permite.
No hay lógica ni razones
para tales situaciones.
No hay mayor incógnita
que un romance de amor.

No hay lógica ni razones
para estas situaciones.
Son las más anárquicas,
más anómalas,
más exóticas,
más caóticas,
más patéticas,
más ridículas
que hay.

Por cierto, Hitlercito, si quieres regalarme La espada en la Piedra de cumpleaños, te lo voy a agradecer eternamente, porque sólo la tengo en Beta.