Podríamos decir que esta es la imagen más representativa de Xpuhil.
Esta zona, aunque es de las más pequeñas, se distingue por su templo con tres crestas imponentes que incluso, si uno se fija, se alcanzan a ver desde la carretera, en realidad, no hay mucho más que ver en la zona en específicamente, ya que sólo son un par de templos, además, se vuelven a encontrar parte de los elementos de las zonas arqueológicas anteriores, tales como pasadizos, entradas, salidas, y un recorrido y tamaño de escala mucho más humana, sin por ello olvidar los relieves únicos que hay en la zona, y las esquinas redondeadas (creo que es algo que no había mencionado y sin embargo es una característica muy peculiar de la región Rio Bec).
Parte de los relieves que hay a lo largo de toda la fachada del templo.
Rambo y G.I.Joe (aka mi hermano y mi primo), que se dedicaron a ser los primeros en explorar los pasadizos de tooodos los templos que pudieron.
Aquí se pueden observar las esquinas redondeadas, una de las características que pude apreciar en las construcciones de la región.
Sin embargo la posibilidad de llegar en la mañana, y experimentar la soledad de este tipo de lugares es una experiencia única y si a esto le aunamos que este fue el único lugar del viaje donde pude ver al Ave péndulo o Tojh, pues eso confirió un placer aún mayor a la experiencia.
El famoso pájaro tojh escondido, como siempre, y que es el ave representativa de la zona (en efecto esta NO es zona de quetzales, es muy calurosa para ellos) se les llama así, porque aunque aquí no se aprecia, su cola es una pluma larga y muy delgada que se amplía al final y que se mueve constantemente de un lado a otro como péndulo.
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