11.11.09

tengo que confesar

A últimas fechas me he vuelto adicta a las noticias, sin darme demasiada cuenta, ahora oigo de camino al trabajo a Carlos Puig, y cuando salgo escucho a Leon Krauze o el Weso (sí, soy incondicional de W, ya lo sé), según sea el caso, y a veces incluso en la noche trato de ver algo más.

No reviso el periódico salvo el fin de semana, porque no me da tiempo, y hoy jornada de especial importancia por la megamarcha, tengo abiertas las páginas de tres medios para saber como va la cosa.

Quizá soy un poco maniática y agobiada, quizá es mi espíritu de “historiadora“ que insiste en que algo se está fraguando, que las cosas no pueden seguir así, y que sólo se necesita una mínima chispa para que esto vuele.

Y no puedo negar que me sorprende tropezarme con gente que no sabe nada de lo que está pasando que no saben que hoy había una marcha que iba a afectar a toda la ciudad, que no saben que se convocó a paro nacional, que en pocas palabras, me parece que viven en otro lugar, yo se que estoy loca y soy una neurótica de la información, pero creo importante saber al menos a rasgos generales como están las cosas.

¿cómo podemos exigir conciencia y un cambio social, cómo podemos exigirle a nuestros políticos que gobiernen como debieran, si no sabemos que se suben los impuestos, si no sabemos que hay miles de personas marchando allá afuera, si no sabemos que el Pri quiere llevarse oportunidades a los estados, si no sabemos que Cancún de nuevo perdió sus playas y que otra vez hay miles de desplazados por las lluvias y las inundaciones en Tabasco, apenas dos años después de la desgracia que ocurrió allí?
Y ya.

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